martes, 24 de mayo de 2011

A día de hoy

Es difícil comenzar algo cuando se ve, se siente y razona que el único fin de ese comienzo es el fracaso. En un momento de rabia y sentimiento de impotencia, que no fue otra cosa, me propuse un blog, en el cual daría cuenta de algunas cosas que creo haber visto y podido deducir sobre la situación en que actualmente se haya la humanidad.

Hoy, mucho más sereno, pienso que he sido un ingenuo. Nada más.

Pero también es cierto que una vez lo has perdido todo ya no queda nada que perder. Por otro lado; la ira y la rabia, tan mal vistas ellas por el cristianismo, son dos fuentes de motivación capaces de sustituir la esperanza. E impulsarnos a actos para los que ya no queda esperanza que nos mueva a ellos.

Yo ya no tengo esperanzas, ni ira. Pero en mi corazón albergo aun la suficiente capacidad para sentir rabia ante ciertas cosas y es esa rabia la que hace posible que ahora mismo el blog aun no haya desaparecido de la red.

Es más, quizá albergo la suficiente para que el blog despierte y se ponga a andar.